Bodegaje productos madereros de retail.

“Madera Maule” (Diagnóstico de brechas para la elaboración de paneles constructivos en madera), realizado por la Subdirección de Transferencia del Centro UC de Innovación en Madera (CIM UC), avanzó en su primera etapa del levantamiento de brechas y capacidades de la industria de la madera en la séptima región, a través de una serie de visitas a empresas de aserrío que integran la Corporación Chilena de la Madera (CORMA) y Pymemad.

El jefe de Proyectos de la Subdirección de Transferencia, Francisco Eckhardt, y el Constructor Civil, Enric Serra, visitaron durante varias semanas las instalaciones de las empresas con el fin de hacer una primera evaluación e identificar las capacidades productivas y de infraestructura con las que cuentan los aserraderos de la región.

Al respecto, Eckhardt relata que fueron identificados elementos como procesos incorporados, capacidad de producción y almacenaje, estrategias de control de procesos y manejo de subproductos, entre otros. Asimismo, comenta que estas visitas técnicas han tenido gran receptividad por parte de las pequeñas y medianas empresas gracias al trabajo previo realizado por los grupos gremiales CORMA y Pymemad, quienes también apuestan al desarrollo de nuevos proyectos que involucren la madera estructural y soluciones constructivas.

“Hemos encontrado a los representantes de las empresas participantes comprendiendo en amplitud las características del proyecto y el valor potencial que la madera estructural puede tener en sus respectivos negocios”, declara, y agrega que “además, han sido muy ilustrativos en la explicación de los procesos, lo que nos ha permitido comprender mucho mejor la industria forestal y del aserrío”.

Sierra de cabezal múltiple, encargada de cortar las basas en madera dimensionada.

Es así como, a partir de esta colaboración, el equipo CIM UC ha podido segmentar a las empresas principalmente en dos categorías: aserraderos grandes y aserraderos pequeños, que se diferencian según la integración de procesos tales como impregnación, secado, cepillado y clasificación, entre otros, a sus productos; y el alcance de su infraestructura (instalaciones, recursos humanos y tecnológica).

“La finalidad del proyecto es que las empresas se entusiasmen y sean capaces de implementar el desarrollo de soluciones constructivas usando madera estructural” explica el jefe de proyectos, “lo que sin lugar a dudas significará un nivel de inversión no menor considerando que se trata de una línea de producción ajena a lo que habitualmente están acostumbrados”.

Con el levantamiento realizado, el proyecto cuenta con la información suficiente para dilucidar estrategias que permitan el avance y desarrollo a ambas categorías de aserraderos. Se presume que los aserraderos grandes cuentan con una capacidad de inversión que les permite implementar estas nuevas líneas productivas por si solas. Sin embargo, esto puede significar un esfuerzo en el cual no se pueden embarcar para los aserraderos pequeños.

Para compensar esta debilidad competitiva, se está pensando en invitar a los aserraderos pequeños a asociarse con otras empresas, reduciendo el nivel de inversión particular de cada entidad. Si bien ya planteado como idea, esto se continuará evaluando según el avance de las siguientes cuatro etapas del proyecto, especialmente en la 4ta etapa de estudio técnico-económico, donde se entregarán las estrategias de implementación en el modo de un portafolio de inversión.

Una vez llegados a esta etapa de trabajo, los planes y estrategias a seguir se acordarán con las empresas participantes previamente. “La idea es entregar un portafolio que sea atractivo y asequible para las empresas” es como lo describe Eckhardt, “y así promover el uso de la madera estructural en la industria de la construcción”

José Contreras, Alexis Leiva, Rodrigo Neuenschwander, y el jefe de proyecto Francisco Eckhardt en visita conjunta CIM UC-CORMA-CRDP Maule.

Otra situación que ha destacado a lo largo de las visitas es una fuerte brecha en el alcance de la clasificación estructural dentro del sector, dado que prácticamente no se han encontrado compañías que realicen esta clasificación de acuerdo a la metodología descrita en la normativa. Esta va más allá de la capacidad de implementación de procesos ya observada, dejando en claro el largo camino más allá de estas que falta por abarcar para integrarse a este mercado.

De momento, el proyecto avanza también en identificar el mercado para esta nueva madera estructural. “Lo que se avecina corresponde al trabajo relacionado a la caracterización de la demanda y sus oportunidades dentro del ámbito público”, comenta Eckhardt sobre las próximas acciones, donde colaborarán con el Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) de la región del Maule para identificar oportunidades de desarrollo de vivienda social.

“La idea es poder capturar falencias de otros materiales típicamente utilizados en la construcción y darles respuesta mediante diseño e ingeniería, para otorgar ventajas competitivas a la madera como material de elección para el desarrollo de proyectos públicos y eventualmente privados” agrega.

La revisión de la capacidad de inversión y adición de procesos de las empresas, y las posibles alternativas ante imposibilidad se debe a que la construcción con madera sólo puede aprovechar al máximo los beneficios del material cuando es realizada con madera estructural. Sin embargo, apenas entre un 3% y un 7% de la madera producida en el país es clasificada con grado estructural y si se habla de desarrollo de soluciones constructivas basadas en este material los numeros no son mejores.

Darle competitividad a la madera requiere de aprovechar las ventajas propias e intrínsecas de esta, tales como su capacidad de industrialización, transporte y montaje, su capacidad de construir en seco y su origen renovable. A partir de esto, y de diversos procesos que aumentan su valor al mejorarla, se apunta a que la región del Maule pueda integrarse al mercado como un productor del material de la más alta calidad, y un constructor de edificaciones en madera.

Por un mayor valor agregado

La importancia del trabajo que el proyecto “Diagnóstico de brechas para la elaboración de paneles constructivos en madera” está llevando a cabo radica en el rol protagónico que la región del Maule tiene en la generación de madera, como su cuarto mayor productor. Esta, sin embargo, cuenta con un bajo valor agregado, el cual es sumamente difícil de aumentar debido a brechas en conocimiento y tecnología aplicada.

Por su parte, la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de la región del Maule identificó este problema y buscó una forma de volver a incrementar la competitividad del sector, uniéndose a la Universidad Católica de Chile y CIM UC para encontrar una solución. Así, el centro apunta a introducir nuevas capacidades de producción e industrialización a las empresas madereras de la región, al analizar la demanda habitacional de los sectores público y privado y sus posibilidades de responder a esta.

A partir de esto, se apunta a identificar las oportunidades que el desarrollo de madera estructural ofrece a este contexto, a partir de las cuales orientar la generación de soluciones constructivas. Posteriormente, estás serán agrupadas a un catálogo, asociado a un portafolio de inversión que impulse las capacidades de las empresas participantes, y consolide la cadera de valor en un clúster empresarial sectorial.

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