Investigadores CENAMAD buscan conocer el rol de los bosques en la producción de sedimentos y fertilidad de los suelos forestales.


En un trabajo colaborativo entre investigadores principales y asociados del centro, provenientes de la Universidad de Talca, Universidad de Concepción, y Pontificia Universidad Católica, se apunta a cuantificar la erosión y conductividad hidráulica de los suelos nacionales con climas mediterráneos. 

Investigadores del Centro Nacional de Excelencia para la industria de la Madera (CENAMAD), provenientes de la Universidad de Talca (UTalca), Universidad de Concepción (UdeC) y Universidad Católica (UC), junto al apoyo del centro de investigación de Forestal Arauco, Bioforest, se han embarcado en una investigación que busca determinar la erosión de los suelos nacionales bajo diferentes coberturas vegetales y su correspondiente conductividad hidráulica.

El proyecto capital semilla “Evaluación de la producción de sedimentos, la conductividad hidráulica y fertilidad de los suelos bajo diferentes coberturas boscosas a través de trampas de sedimentos y mediciones de infiltración en climas mediterráneos”, encabezado por el investigador principal y académico de la UTalca, Roberto Pizarro, busca identificar el comportamiento de los bosques en la producción de sedimentos, y en las propiedades hidráulicas y de fertilidad del suelo.

Esto debido al enorme peligro que significa la erosión hídrica para el bosque. La Guía de Conservación de Suelos Forestales, generada por la Universidad Austral y el Instituto Forestal en 1999, definen a este tipo de erosión como una dispersión de partículas del suelo por el impacto de la lluvia o escurrimientos superficiales, lo cuál produce sedimentos que crean una superficie sellante sobre el suelo con su transporte.

Esta creación y solidificación del sedimento tiene efectos negativos comprobados para las superficies forestales, ya que afecta y disminuye la infiltración natural del suelo. Esto lleva a un aumento del escurrimiento superficial del agua, y agrava la erosión de la misma superficie. Llevado a un extremo, el suelo no es capaz de recuperarse de manera natural de este desgaste, siendo una amenaza grave a elementos como la fertilidad y productividad forestal.

ubicación de los sitios donde se instalaron las parcelas de erosion

Ubicación de los sitios donde se instalaron las parcelas de erosión

 

Ante esta problemática, el equipo de investigadores identificaron que las diferentes coberturas boscosas en los suelos podrían tener un rol importante en evitar este proceso, y a través de una serie de estudios en terreno, se proponen identificar cómo se comportan estas masas forestales en el proceso de producción de sedimentos, además de en sus propiedades hidráulicas y de fertilidad de suelo.

El objetivo central del proyecto es evaluar estos procesos bajo diversas coberturas boscosas, para lo cuál se están realizando diversos estudios de muestras obtenidas a través de trampas de sedimentos instaladas en terrenos al sur de la región del Maule, específicamente en la comuna de Cauquenes, y mediciones de infiltración en climas mediterráneos.

Las trampas de sedimentos consisten en zanjas que retienen partículas de polvo arrastradas por las lluvias. Gracias a clavos ubicados dentro de la zanja, es posible medir la altura del sedimento, pudiendo cuantificar la producción de este. Los infiltrómetros, por su parte, evaluarán la conductividad hídrica de estos suelos, pudiendo medir su capacidad de infiltración en diferentes condiciones, datos que se sumarán a análisis químicos del suelo y sedimentos para evaluar la fertilidad del mismo.

Con esta base de información, se espera poder definir análisis comparativos de la producción de sedimentos en caso de existencia de distintos tipos de coberturas boscosas disponibles en el país, además de poder comparar la conductividad hidráulica y fertilidad de los mismos en estas circunstancias.

El equipo a cargo de este proyecto es encabezado por Roberto Pizarro, Ingeniero Forestal y Dr. en Hidrología de la Universidad de Talca. A él se suman Rafael Rubilar y Rosa María Alzamora, de la Universidad de Concepción, y María Paulina Fernández junto a Claudia Bonomelli, de la Pontificia Universidad Católica.